Viaje por el País Vasco

Una de las mejores formas de explorar el País Vasco, ya que es una de las regiones españolas más pequeñas, es en coche. No hace falta irse muy lejos para descubrir algún bonito pueblo en el que parar a tomar algo, una localidad pesquera donde degustar un buen pescado fresco a la plancha o alguna espectacular cordillera para practicar senderismo. El País Vasco ostenta un paisaje muy verde gracias a la abundancia de lluvias que se produce en esta parte del norte de España, lo que garantiza un trayecto por carretera amenizado por unas vistas impresionantes.

Cualquier ruta por el País Vasco que se precie debería incluir sus tres ciudades principales: Bilbao, San Sebastián y Vitoria.

Esta es nuestra guía para el viaje perfecto por el País Vasco:

Comienza por el vibrante Bilbao y su sublime arquitectura moderna, con el Museo Guggenheim a la cabeza del resurgimiento contemporáneo de esta ciudad industrial, y no te pierdas su brazo al mar: la localidad costera de Getxo.

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Museo Guggenheim

Lekeitio y Mundaka presumen de unas espléndidas playas muy populares entre las familias de San Sebastián y Bilbao; el municipio de Mundaka goza de fama mundial por sus olas para surfear y, además, se encuentra enclavado en el parque natural de Urdaibai, calificado como Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Adéntrate en el interior hasta llegar a Gernika. Este pueblo debe su fama al trágico episodio de la Guerra Civil en el que el municipio fue bombardeado por aviones alemanes; una terrible noche que quedó inmortalizada en el cuadro epónimo de Picasso. Si te encuentras en el pueblo un lunes no te pierdas el mercado, aclamado por sus excelentes productos y ambiente amigable. Gernika es también conocido por su deporte local, el jai alai (cesta punta), su particular versión de la frenética pelota vasca. Busca el Árbol de Gernika, un símbolo de la tradición e historia vascas.

Desde aquí vuelve a la costa para visitar el pueblo pesquero de Ondárroa, famoso por sus dos puentes: el “puente viejo” de piedra y otra moderna obra de Santiago Calatrava, quien también diseñó un aclamado puente en San Sebastián y el aeropuerto de Bilbao.

Getaria ha de ser tu próxima parada; un pueblo pesquero con un puerto, una fábrica de conservas y auténticos restaurantes de pescado. Cerca encontrarás Zumaia, municipio que acoge el Espacio Zuloaga, un edificio de siglos de antigüedad que fue reformado por el retratista para exhibir su propia colección de arte y otras obras que había reunido.

A continuación, pon rumbo tierra adentro hacia Vitoria, la capital del País Vasco. A pesar de no poder alardear de las sensacionales playas y arquitectura contemporánea de sus urbes hermanas, la ciudad tiene sus propios encantos. Si pasas por allí entre el 4 y el 9 de agosto podrás presenciar la Virgen Blanca, unas peculiares fiestas que se inician con el llamado Celedón, un muñeco que, sosteniendo un paraguas estilo Magritte, desciende desde el cielo hasta la Plaza de la Virgen Blanca.

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Plaza de la Virgen Blanca

Al sur de Vitoria, en las onduladas colinas de La Rioja, encontrarás algunos destinos enológicos interesantes —el enoturismo está despegando en España—. Laguardia es un pintoresco pueblo de montaña amurallado situado en la comarca de la Rioja Alavesa que produce un vino excepcional: prueba Bodegas Palacio o Bodega El Fabulista.

Si te gusta el vino y eres un aficionado de las estructuras fluidas y relucientes de Frank Gehry —el arquitecto americano responsable del museo Guggenheim de Bilbao—, dirígete al cercano municipio de Elciego, donde podrás contemplar el hotel Marqués de Riscal, una asombrosa obra de arte que alberga además una bodega con vinos Cabernet Sauvignon de alta calidad, así como excelentes vinos blancos de Rueda. Uno de los restaurantes cuenta con una estrella Michelin, y el spa utiliza productos Caudalie con extracto de uva. Aunque no vayas a hospedarte, merece la pena hacer una visita para dar una vuelta por la bodega, comer, hacerte un tratamiento en el spa y, por supuesto, comprar algún vino.

Después, pon rumbo al norte hacia San Sebastián, atravesando tierra de sidra, y detente en la localidad de Hernani. Olvídate de la sidra gaseosa, clara y comercial; esta es una bebida de manzana turbia y natural, más semejante a la sidra británica seca. Tradicionalmente se sirve en un vaso desde gran altura. Si pasas por aquí entre enero y abril, ve a una sidrería para degustar la nueva cosecha. Una comida típica consiste en tortilla de bacalao o bacalao con pimientos, seguidos por un txuleton y, para terminar, un poco de queso Idiazábal con carne de membrillo.

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Playa de la Concha

Déjate hechizar por la elegancia de San Sebastián, cuna de la famosa playa de La Concha y de numerosos restaurantes de prestigio internacional. Aunque tu bolsillo no alcance el firmamento de las estrellas Michelin, los pintxos —pequeñas porciones de comida sujetas con un palillo— son un modo estupendo de probar delicias nuevas a menudo combinadas de formas que jamás habías imaginado.

El último puerto de escala de tu viaje en coche por el País Vasco se encuentra a pocos minutos de San Sebastián: Hondarribia. Este pequeño municipio pesquero es la última parada antes de llegar a la frontera con Francia. Situado en la desembocadura del río Bidasoa, el pueblo cuenta con murallas del siglo XV que encierran un carismático casco antiguo formado por calles adoquinadas y puertas arqueadas; las zonas cercanas al río y la montaña son buenas para realizar senderismo.

Esperamos haberte animado a tomar la carretera. ¡Buen viaje!